El uso generalizado de tecnologías entre niñas, niños, adolescentes y jóvenes ha transformado su vida social, convirtiendo a las tecnologías en elementos esenciales de su cotidianidad. Aunque estas tecnologías ofrecen ventajas como la comunicación instantánea, también conllevan riesgos, incluida la exposición a la Violencia Digital. Este tipo de violencia, que abarca el acoso y la intimidación en línea, se ha vuelto cada vez más común con el uso generalizado de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).
De acuerdo a la Décima Encuesta de la Juventud, 1 de cada 4 personas jóvenes señala haber sido víctima de alguna situación de acoso cibernético el último año (26,8%). Las mujeres jóvenes y las juventudes de zonas urbanas son quienes más declaran haber sido víctima de estas acciones en el último año.
Para abordar este fenómeno, es importante considerar algunos puntos clave. Primero, el discurso de odio, como forma de agresión, que existe independiente de la web, por lo que es fundamental abordar sus causas subyacentes, como la intolerancia, mediante la educación. Además, ciertas características de los espacios digitales, como el anonimato y la facilidad para compartir opiniones, pueden fomentar la agresión.
Existen varios tipos de Violencia Digital, siendo el Ciberbullying uno de los más destacados. El término “Ciberbullying” se refiere al acoso y la intimidación en línea, y se utiliza como sinónimo de “Ciberacoso” en este contexto.
El término “Violencia Digital” puede variar su definición según los textos nacionales e internacionales. En esta plataforma se utilizará el término “Ciberacoso” o “Acoso Cibernético” como sinónimo de “Ciberbullying”, tal y como indica el Ministerio de Educación del Gobierno de Chile.
– Exclusión social: Marginalización de la víctima de entornos virtuales como redes sociales, chats o foros.
– Hostigamiento: Humillación de la víctima mediante el envío de videos, imágenes, comentarios o mensajes dañinos.
– Manipulación: Alteración o tergiversación de información para dañar a la víctima, difundiéndola a través de medios virtuales.
En el contexto del Ciberbullying, diversos actores desempeñan roles significativos:
Además, se han identificado otras formas de violencia digital:
La Violencia Digital, en cualquiera de sus formas, puede tener consecuencias graves en la salud mental de las víctimas, ya que están expuestas a agresiones las 24 horas del día, tanto en sus hogares como en la escuela, y estas agresiones pueden difundirse fácilmente a un gran número de personas.
Tanto para las víctimas como para quienes agreden, la experiencia del Ciberacoso está relacionada con experimentar sentimientos de aislamiento, miedo, soledad y desesperación. Esto puede provocar:
Es importante estar atento a posibles señales de ciberacoso, como cambios en el uso de dispositivos electrónicos, ocultar la pantalla del teléfono o evitar compartir información en redes sociales. Además, en el caso de la ciber violencia contra las mujeres por razones de género, las manifestaciones y repercusiones pueden ser diversas, incluyendo sentimientos de depresión, ansiedad, estrés, miedo, intentos de suicidio y daños físicos y económicos.
En el caso de Grooming, las relaciones entre víctimas y agresores pueden contener un desequilibrio de poder que puede generar graves consecuencias, como sentimientos de confusión, negación, culpa y vergüenza en la víctima, lo que puede dificultar que denuncien los abusos sexuales que sufrieron en la relación.
La Violencia Digital se puede prevenir y existen medidas para protegerse. Algunas recomendaciones del Ministerio de Salud incluyen:
En situaciones de Ciberacoso:
Si bien es difícil volver atrás cuando ha ocurrido una situación de ciberacoso, es posible detenerlo o disminuir sus consecuencias. Para lo anterior es recomendable eliminar contenido ofensivo y comunícate con todos a quienes enviaste o compartiste los mensajes o posteos, cuéntales que te arrepientes de haberlo hecho y que quieres reparar el daño. Si es muy complejo hacer esto para ti, pide ayuda a tu madre, padre u otro adulto de confianza para que busquen en conjunto alternativas.
En cuanto a grooming, se aconseja evitar conocer personas en línea, denunciar perfiles falsos y no compartir información privada. En caso de ser víctima, se debe buscar ayuda de adultos de confianza y denunciar a las autoridades correspondientes.
En cuanto al sexting, si bien se ha vuelto una práctica común, es fundamental tomar precauciones previas, como asegurarse del acuerdo mutuo, no ceder ante presiones y no utilizar redes públicas. En caso de exposición pública de contenidos de sexting, se debe solicitar apoyo psicológico y eliminar el contenido de internet, así como denunciar los hechos a las autoridades.